domingo, 27 de enero de 2013

Elige: Actriz o Cicatriz.... no quiero, no puedo, no sé.




Tiritas, parches, apósitos, esparadrapos, vendas y vendajes.

Litros de mercromina, de agua oxigenada, de alcohol, de cristalmina, de betadine.

Pomadas caseras de buena voluntad para lamerme las heridas. 

Brebajes de bilis espolvoreados con caramelos de buenas intenciones para asentarme el revuelto estómago.

Ungüentos de oportunidades regaladas para acallar conciencias desconcertadas del puro egoísmo ajeno.

Píldoras intragables del mal propio por no hacerlo ajeno, para sobrellevar lo injusto que emponzoña los adentros.

Placebos, puros, dolorosos e ineficaces placebos.

La herida sangra, el veneno mana, la gangrena cabalga. 

A la espera de que abran las urgencias del valor, antes de que no haya vuelta atrás y sin remedio haya que amputar el alma.

7 comentarios:

  1. Los virus y las heridas de hoy en día no están en la piel o en el cuerpo,están en nuestras almas.Las tenemos separadas de nosotros.Personas infectadas con los peores valores morales guiando a personas sumisas con grandes cicatrices existenciales.Así está el mundo.No hay hospitales lo bastante grandes para curarnos a los unos y a los otros....Sensacional Dalicia,como siempre.Un placer que me remuevas el alma.Petons!!!

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  2. Parece ser una receta ideal para personas que pasan por una mala racha. No me vendría mal tenerla a mano. Bss!

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  3. Nos quedan pocas esperanzas ya antes de tan drástico remedio.

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  4. Amputar el alma puede ser demasiado definitivo, pero si existiera una operación que quitara las partes dañadas.. Mientras, seguiremos con las curas y luchando contra la gangrena total. besos
    http://www.mafaldayatienemasde30.blogspot.com.es/

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  5. Los desinfectantes mejor no mezclarlos.

    Y el valor es como los gatos, aparece cuando uno no se lo espera y ataca cuando se le acorrala. Hasta que algo que eso pasa no suele apreciarse.

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  6. Las heridas se cierran y algunas sólo pueden curarse cuando uno se las lame. Y generalmente son las llamadas heridas del alma. Para su cura sólo se precisa de compasión hacia los demás y ninguna hacia uno mismo y el valor de poder acariciar a otros, aunque sea con la mirada.

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  7. Hay heridas que ni el tiempo consigue cicatrizar. A veces parece que se han curado, pero de repente un día las rozas con algo que no esperabas y vuelven a sangrar. Te recomiendo alcohol, pero con moderación, no vaya a ser que en lugar del alma te tengan que amputar el hígado.

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